Creo que no
debo omitir información alguna sobre el artículo del Códice, publicado en el
periódico El Debate del 10 de agosto de 1929, y menos cuando una de las
personas que le debe la vida al mismo fue un estadillano. Ese Códice que es
nada más y nada menos que un manuscrito en latín de finales del siglo X (hacia
el año 990) y que recoge importantes textos referente a nuestra historia
concretamente a los reinos de Francia, Pamplona y Aragón.
El articulo
dice así:
EL
Códice de la Roda, depositado en la B. Nacional
Se perdió
en 1699, y después de aparecer cincuenta años más tarde, volvió a perderse
hasta hace un año (1928). Tiene doscientos treinta y dos folios y se compuso en
el siglo X.
REPRESENTA, PARA LA HISTORIA, LO QUE EL
“POEMA DEL CID” PARA LA LITERATURA
Ayer ha
sido depositado en la Biblioteca Nacional el famoso códice llamado de la Roda,
que ha adquirido el Gobierno en 70.000 pesetas. El ofrecimiento de venta fue
hecho en el pasado mes de abril al Comité ejecutivo del Patronato del Tesoro Artístico
nacional. Esta entidad, en la Junta celebrada el día 30 de dicho mes, dio
cuenta de la oferta, que había sido hecha también anteriormente a la Academia
de la Historia.
Los vocales
del Comité estimaron entonces que era de capital importancia el ofrecimiento y
que convenia su adquisición. Así, pues, se dio un voto de confianza al director
de Bellas Artes, quien realizo las gestiones de compra, previo informe pedido a
la Real Academia de la Historia. Esta señalo la importancia del preciado
manuscrito, manifestando que “para los estudios históricos tiene tanta
transcendencia como para la literatura haya podido representar el poema del
Cid”.
El poseedor
del manuscrito pidió 100.000 pesetas, cantidad que se logró rebajar a 70.000.
La historia
del Códice.
Hace poco más
de un año, el insigne paleógrafo, P. Zacarias Villada, anuncio al mundo de los
eruditos, que el códice de la Roda había aparecido. Su perdida la habrán
lamentado de consuno cuantos investigadores se han ocupado de las crónicas
primitivas españolas, de los orígenes del Reino de Navarra, de los Reyes de
Francia y de los condes de Aragón. No quedaba del preciado manuscrito más que
la descripción que dé él se guardan en la Biblioteca Real de Madrid y las dos
copias de la Real Academia de la Historia.
El códice
de la Roda, llamado así porque se conservaba en el Archivo de la Catedral de
Roda, en el Alto Aragón, desapareció de su sitio el 10 de junio de 1699. El códice
continúo perdido por espacio de medio siglo, hasta que lo adquirió Abad y
Lasierra, prior de la Santa María de Meya, en la provincia de Lérida, entre
los desechos de una librería, al parecer, del arcediano don Diego Joseph
Dormer. Paso luego a poder de don Francisco Llobet y Mas, sucesor de Lasierra
en el Priorato, y volvió nuevamente a perderse, hasta que ha revelado su
existencia su último poseedor.
Uno de los mas curiosos folios del famoso códice de Roda. En él empiezan las genealogias |
Su
descripción.
El
manuscrito es de pergamino grueso y mide 205 x 285 milímetros. Este escrito en
general a una columna, salvo raras excepciones. Consta de 232 folios
perfectamente conservados. Según lo ha descrito el P. Villada, su letra es la minúscula
visigoda, con algunas notas marginales en cursiva del mismo carácter. Por las
diferencias en los tipos de letra se advierte que fue escrito por varias manos.
Los títulos y los números de las eras van en tinta roja. Las iniciales, en
rojo, azul, amarillo y verde. En el texto se distinguen dos tipos de tintas,
una mas negra que otra. Algunas iniciales llevan preciosos dibujos. Entre ellos
sobresale un dibujo lineal, a media plana, que representa la Adoración de los
Magos, de tipo oriental e indumentaria bizantina. También es notable el dibujo
románico de la ciudad de Babilonia, y los de las ciudades de Ninive y Toledo.
Por la paleografía
del manuscrito, pertenece al tercer periodo de la escritura visigoda, o sea
desde el segundo tercio del siglo X hasta principios del XI. Según el P.
Villada, se hizo por los años de 954 a 986, en que reino Lotario III y los de
992 y 1021, año en que murió el Obispo Don García. Debió copiarse en algún territorio
de la Rioja, Navarra o el Alto Aragón.
Su valor histórico.
El valor
del códice rotense es inestimable, no solo por tratarse de un valioso ejemplar paleográfico,
sino por los textos que encierra. Sobresalen las crónicas de Osorio y San Isidoro
y las de Alfonso III, que es el mas antiguo ejemplar que se conoce de su
segunda redacción. Es notable también el texto de la crónica albeldense. Sobre todo,
esto tienen una particular trascendencia las noticias sobre los reinos y
condados pirinaicos, sobre cuyas genealogías no se conocen mas códice que este
y otro posterior, el de San Isidoro de León, que posee la Academia de la Historia.
Finalmente acrecientan extraordinariamente el valor del manuscrito las formulas
de fe y los tratados dogmáticos de los últimos folios, así como la descripción inédita
de la ciudad de Jerusalén.
EL ESTADILLANO MANUEL ABAD LASIERRA
SALVO EL CÓDICE Y LA HISTORIA