sábado, 3 de febrero de 2024

II LEOPOLDO ROMEO Y LA MONEDA DE 7 CENTIMOS

(II) LEOPOLDO ROMEO Y LA MONEDA DE 7 CÉNTIMOS       


            En ocasiones hemos oído comentar por la calle que , al final, quitaran las monedas de 1 y de 2 céntimos, porque no cuesta nada hoy en dia con esas cantidades, y posteriormente comentamos que el precio lo de las cosas las subirá para redondear. 

            Eso era ya un problema que propuso e intentó resolver justificando, la desaparición de las monedas pequeñas y la creación de una moneda de 7 céntimos, el hijo del estadillano Bernabé Romeo y Belloc, Leopoldo Romeo y Sanz.

            No pretendo escribir un artículo sobre ello, solo quiero recuperar de las distintas hemerotecas la historia de Leopoldo Romeo y las monedas de 7 céntimos.

El Pueblo Vasco,3 de noviembre de 1912

Leopoldo Romeo ha dirigido al Congreso una petición muy interesante, y a la cual, sin vacilar, nos adherimos.

    El diputado por Zaragoza y director de "La Correspondencia de España, hombre lleno de iniciativas, y en cuya fertilidad de imaginación hay siempre una gran base de sentido práctico, pidió que se retirase de la circulación la monedilla de dos céntimos y que en cambio se acuñase moneda de siete céntimos, mucho menos perdidiza y muchísimo más útil.

    La idea sorprendió en un principio; pero luego se ha caído en la cuenta de que responde a una positiva necesidad y de que proporcionar a los consumidores humildes economías relativamente considerables.

    He aquí cómo justifica su proposición el señor Romeo:

    “Pedí eso por varias razones. Porque las monedillas de dos céntimos son molestas y se pierden. Porque nadie las tiene. Porque no son manejables. Porque son difíciles de contar. Porque con el actual sistema, de cinco céntimos se pasa de hecho a diez, y las cosas que valen cinco céntimos y fracción son tasadas siempre en diez para quien las compra.

    La moneda de siete céntimos tendría la ventaja de ser manuable, cómoda, fácilmente contable y susceptible de todo género de combinaciones. Dando 10 céntimos y recibiendo 7 céntimos, moneda contra moneda, pagaríamos 3 céntimos. Con una de 7 y otra de 5, pagaríamos 12 céntimos. Con dos de á 7 céntimos formaríamos 14. Con 3 de á 7, que hacen 21, podríamos pagar 11, devolviéndonos una pieza de á 10. Con dos de á 7 y una de á 15 pararíamos 19 céntimos. Y así sucesivamente, siendo muy rara la fracción que no puede ser regulada exactamente.

       Esa moneda sería muy práctica para pagar muchas cosas que no pueden ser dadas en cinco céntimos, pero que no valen diez. Trayectos de tranvía, artículos de uso corriente que son caros a diez céntimos serían baratos a siete céntimos, y todos ganarían.

    Los pobres, sobre todo, obtendrían notorios beneficios, y yo creo que nadie perdería con la reforma.

    La acuñación sería sencilla y rápida, pues acuñar una moneda de siete céntimos es tres veces más rápido que acuñar tres de á dos céntimos. Podrían ser un poco mayores que las de cinco céntimos, diferenciándolas con un taladro. Así no habría peligro de confusión.

    Todos ganarían con esa innovación, y ya no sería posible cobrar 15 céntimos por 12, o 10 por 7, alegando «que no hay centimillos”

    Doy estas explicaciones porque las creo necesarias para la exacta comprensión de lo que propuse, y que espero ser á del agrado del público. Debe serlo, por lo que le aventaja.





El Correo de Galicia de 18 de noviembre de 1912

        El diputado a Cortes y director de La Correspondencia de España, D. Leopoldo Romeo, es autor de una proposición de ley, de la cual tienen ya conocimiento nuestros lectores, indicando la acuñación de una moneda de siete céntimos.

    A los reparos que se han hecho para la nueva acuñación, ha contestado el señor Romeo, con los siguientes argumentos, que prueban la bondad de su proposición.

    “Creyeron muchos que seria necesaria la moneda de uno y de dos céntimos, y no hay tal cosa. La moneda de siete céntimos, substituye en absoluto, y con ventaja, a las monedas de uno y de dos céntimos, haciéndolas innecesarias para las transacciones comerciales, ya que con la de siete céntimos pueden ser completadas exactamente todas las fracciones desde uno hasta nueve.

    “La lectura del cuadro que va a continuación demuestra como pueden ser pagadas las fracciones de céntimos, y como no fue ligereza mi iniciativa sino producto de un meditado estudio.

Para pagar

Se dan

Se reciben

1

21

20

2

7

5

3

10

7

4

14

10

6

20

14

8

15

7

9

14

5

 

    Por si no fuesen bastantes las ventajas de tener una moneda capaz de servir para pagar todos los picos de 1,2,3,4,6,7,8 y 9 céntimos sin necesidad de céntimos, aún hay otras muchas, fácilmente apreciables.

    “Por lo pronto, ganaría el Tesoro público unos cuantos millones: la diferencia entre el valor del cobre y de la moneda. Y el público tendría una moneda grande manejable, intermedia entre los 5 y los 10 sentimos, capaz de abaratar el precio de muchos artículos de consumo que, al ser fraccionados en su peso o en su medida, son tasados en 10 céntimas, cuando en realidad valen solo siete u ocho.

        No habría entonces la disculpa de replicar que no se tenia centimitos para devolver, y con monedas de 5, de 7 y de 10 céntimos serian hechas todas las combinaciones imaginables.

            Creo que con estas líneas queda el asunto perfectamente aclarado y que nadie replicara ya, pues la reforma propuesta es tan razonable y tan ventajosa, que todo el mundo debe aplaudirla, no por ser mía, sino por ser buena


La Idea Moderna, 9 de marzo de 1917

                La constancia con que D. Leopoldo Romeo viene defendiendo, desde hace años, la creación de la moneda de cobre de siete céntimos, ha tenido al fin la recompensa de ser incluida la acuñación de ese tipo de moneda entre las autorizaciones únicamente concedidas al Gobierno por las Cortes. Eso deberá la prensa al ilustre periodista.


El Diario de Pontevedra, 13 de julio de 1918

Vuelve a agitarse por algunas Cámaras el proyecto de acuñación de la moneda de siete céntimos, que ha ideado el diputado don Leopoldo Romeo.

Entienden algunas de dichas entidades que ese es el único medio de hacer llegar al publico algunas rebajas de artículos que no pueden hacerse efectivas por falta de céntimos.


EN EL MUSEO DE LA MONEDA DE LA MONEDA

NO EXISTE DICHA MONEDA

QUIZAS DESPUES DE MANCARLA ACUÑAR 

NUNCA SALIÓ