lunes, 18 de marzo de 2024

UN CURIOSO DOCUMENTO ESTADILLANO SIN DATOS APARENTES, 1814

 

Un curioso documento estadillano sin datos Aparentes, 1814

(por ernesto FERNÁNDEZ-xesta y VÁZQUEZ)

           Hace relativamente poco tiempo, mi buen amigo de Estadilla, el médico Gil de Asprer y Hernández de Lorenzo, me invitó a visitar la biblioteca y la bodega de su padre[1], en su conocida Casa Morell, sita en la calle de Romeo, en la curva que da casi enfrente de la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir; y después de enseñarme varios libros y algunos más que interesantes documentos, me entregó uno de éstos señalándome que me lo daba porque la forma de adquirirlo él había sido más que extraña; lo había encontrado, hacía años, no recordaba cuándo, en un contenedor de basura cercano a nuestra casa veraniega –el llamado Palacio de Estadilla o Palacio Abbad y Lasierra–, y antes de que se tirara y se destruyera, lo había tomado pensando en su conservación; pero habiendo visto que mis estudios estadillanos seguían incrementándose, había entendido que lo mejor era dármelo a mi para que pudiese estudiarlo y, después, hacer lo que creyese conveniente. Le di las gracias después de haberle echado un vistazo, y me lo llevé; sin más.

                Algún tiempo después, reordenando mi despacho casero madrileño, me volví a encontrar con el documento y ya más tranquilo lo leí, lo transcribí y lo analicé.

            Evidentemente, no es un documento de gran importancia, en general; pero, a la vista de su contenido, sí creo que puede tener un cierto interés para la recuperación y la conservación de la historia de nuestra villa; y, como, además, creo que es un episodio desconocido o prácticamente desconocido para la mayoría de nosotros, he pensado darlo a la luz para que, de esta forma, todos puedan saber del documento y, en lo que se pueda, de sus circunstancias. 

            El documento, en sí, no consta más que de un folio, escrito por ambas caras, 23 líneas en el anverso y 7 líneas en el reverso; con letra de la época –siglo xix, en sus comienzos–, muy clara, dejando muy amplio margen a la izquierda de la escritura, realizada ésta con tinta amarronada; no lleva fecha, ni firma ni rúbrica; más parece un borrador para que algún pendolista o amanuense pudiera utilizar el texto.

            El original, y dado el lugar en el que se encontraba cuando fue hallado por Gil de Asprer, aparece con bastantes arrugas y dobleces, pero en muy buen estado, no habiendo ningún trozo del texto que aparezca roto ni manchado o que la doblez no permita leer el texto. 

            Una vez leído se ha podido comprobar que se trata de un panegírico realizado oficialmente, durante el siglo xix, en la Villa de Estadilla y dedicado a un Capitán General y Presidente, se supone que de la Audiencia de Aragón, que va a pasar ­–sólo a pasar­­– por Estadilla o por cerca de ella, en un viaje que, inicialmente, desconocemos, y a cuya persona la localidad, sus autoridades y su población, quieren honrar y a quien recuerdan que los habitantes de esta villa oscense sostuvieron algunas batallas contra unos enemigos comunes tanto en el paso del río Cinca como en el de su afluente, el Ésera.

            A continuación, se procede a la transcripción del documento, advirtiendo al lector de que se ha procurado, en lo posible, mantener la misma grafía y ortografía que en el original, excepto, en algunas ocasiones, en la acentuación y en la puntuación, modernizándolos y haciéndolas actuales, para una mejor comprensión del texto por parte de todos.

        El cambio de folio se ha marcado con una doble barra en negritas (//) y, en alguna ocasión, se ha incluido entre corchetes [ ] alguna letra o alguna palabra que puede permitir una más fácil lectura.

            Como se verá, el documento comienza con una cruz (+) y, al centro, con la salutación al destinatario

+

Excelentísimo Señor

 

                   La Villa de Estadilla, Capital de la Baronía de Castro, enagenada de gozo al lograr la dicha de ver a su amado e incomparable General, quisiera hacer en su presencia grandes demostraciones para acreditar a V. E. el respetuoso amor que le profesa y la gratitud eterna con que le mira, acordándose de todo quanto debe a V. E. este Reino de Aragón; pero como esto no es dado à las pequeñas poblaciones, se tiene que contentar con ofrecer, como ofrece, los corazones sinceros de todos sus Vecinos, que todo lo esperan del talento, actividad, zelo, y conocimientos de V. E., a quien miran, aman y respetan como à su Libertador, Protector y Padre. El júbilo que todos recibieron luego que supieron la libertad de V. E., su regreso a España, y, sobre todo, quando nuestro adorado Monarca se sirvió destinarle à la Capitanía General y Presidencia de este Reino, para [el] que había sido escogido por nosotros mismos, se renueva hoy, Señor Excelentísimo, con su amable presencia, según lo testifica el gozo general, las lágrimas dulces, y las emociones de todos los circunstantes, que solo sienten lo poco que les durará tan alagüeño placer; aunque les consuela que V. E., como el Sol, difundirá sus rayos luminosos desde qualquier parte que se halle // è influirá en nuestra felicidad. Sírvase V. E. admitir el homenaje de este Pueblo, que imitando sus virtudes, armado en masa, supo contener por dos meses à los enemigos en el paso del Cinca, y vencerlos en el de[l] Ésera, haciéndoles seiscientos prisioneros que únicamente quedaron vivos de una columna de mil y trescientos hombres.

 

A partir de esta transcripción, se intentará llegar al fondo del documento, buscando, inicialmente, la más exacta respuesta a tres preguntas previas:

1º.    A quién se dirige el documento

2º.    Cuándo se escribe

3º.    Quién lo escribe

 Y, luego, repasar los posibles hechos históricos citados en el documento.

             Y, para ello, habremos de basarnos, en principio, en el propio texto documental que estudiamos; en los pocos datos que se nos dan en tan breve escrito. Sin embargo, entiendo que, a pesar de esta brevedad que se señala, hay datos más que suficientes como para, ayudados por otros documentos y datos, poder llegar a conclusiones claras.

 1º.    A quién se dirige el documento

            Del destinatario del texto que estudiamos sólo sabemos, a partir de la lectura del texto, que es un amado e incomparable General; que se le debe mucho en el Reino de Aragón, y a quien se llama Libertador, Protector y Padre; que todos se llenaron de júbilo luego que supieron su libertad y su regreso a España, y, sobre todo, cuando el Rey se sirvió destinarle à la Capitanía General y Presidencia de este Reino [de Aragón], para el que había sido escogido por la propia población.

            La única persona que puede reunir en sí mismo todo este conjunto de afirmaciones, honores y cariño es, en mi opinión, don José Rebolledo de Palafox y Melci, conocido como el general Palafox.

      

            En efecto; el General Palafox ejerce por vez primera como Capitán General de Aragón a raíz de la revuelta y levantamiento del pueblo de Zaragoza –realmente, apoyado por todo Aragón–, del 24 de mayo de 1808, tras el que la Junta Patriótica, así como un grupo de labradores del Arrabal zaragozano, dirigidos por el célebre Tío Jorge –Jorge Ibor Casamayor– ofrecen, el día 26 de mayo, a Palafox, la Capitanía General y, por tanto, el mando del ejército; cargo que él acepta y que confirma posteriormente la Real Audiencia; El 31 de mayo declara la guerra a Napoleón. De aquí debe venir la frase del texto de que había sido escogido para la Capitanía General por la propia población aragonesa[2].

            La defensa de Zaragoza en los dos Sitios, entre 1808-1809, a la cual contribuyeron todas las poblaciones aragonesas, entre ellas las del Altoaragón y de la Ribagorza, Estadilla entre ellas, hace posible que a él, al General Palafox, se puedan aplicar las frases del documento que señalan que el destinatario es un amado e incomparable General; que se le debe mucho en el Reino de Aragón, y a quien se llama Libertador, Protector y Padre.

            Pasados los dos Sitios de Zaragoza, que lo encumbraron a la categoría de héroe y de símbolo máximo de la resistencia contra el invasor, el General Palafox, tras la capitulación del 20 de febrero de 1809, fue, de acuerdo con el tenor del artículo 4º de la misma, conducido preso a Francia, donde se le mantuvo hasta su posterior liberación, el 13 de diciembre de 1813, regresando a España a comienzos de 1814[3]. Coincide pues, con la frase del documento de que los que lo escriben –o los que citan el texto– se llenaron de júbilo luego que supieron su libertad y su regreso a España.

Y, finalmente, hay que recordar que poco después, en septiembre de 1814, Palafox recibió el nombramiento, de nuevo, de Capitán General de Aragón y de Presidente de su Real Audiencia; cargos en los que se mantendría hasta el mes de octubre de 1815.

             Parece, por tanto, que no resulta descabellado entender que es a este nombramiento al que se refiere el autor del escrito cuando dice que se llenaron todos de alegría quando nuestro adorado Monarca se sirvió destinarle à la Capitanía General y Presidencia de este Reino.

             Así pues, nos atrevemos a afirmar, a través de este somero análisis, que el destinatario del texto que estudiamos es, precisamente, el Capitán General don José Rebolledo de Palafox y Melci, vuelto de la prisión en Francia y recientemente nombrado por Su Majestad el Rey Don Fernando VII, como Capitán General de Aragón y Presidente de la Real Audiencia del propio Reino[4].

 

2º.    Cuándo se escribe

             A tenor de todo lo que se ha indicado en al apartado anterior, parece muy clara la respuesta a esta pregunta. En efecto, si se trata de un escrito dirigido al Capitán General de Aragón y Presidente de su Real Audiencia, don José de Palafox, del que se dice que ha dejado su prisión, que ha vuelto a España y que se le ha vuelto a nombrar Capitán General y Presidente, no puede haber sido escrito sino entre septiembre de 1814 y octubre de 1815, períodos inicial y final de su nuevo mandato en estos cargos tras su vuelta a España.

            Y debió haber sido escrito con ocasión de un viaje suyo por la Ribagorza, Somontano, Cinca Medio y La Litera, entre Barbastro y Monzón, pasando el río Cinca, que transcurre, alejándose cada vez más de las poblaciones, a los pies de Estada, Estadilla y Fonz, hacia Monzón, o, quizá, por Fonz y San Esteban de Litera hacia a Binéfar y Tamarite de Litera.

             Viaje que, hasta ahora, desconocíamos, pero que era más que probable que se hubiera realizado antes de terminar el año 1814, pues que las frases parecen frescas y actuales, como si hiciera poco tiempo que el General hubiera sido designado con los cargos que se citan.

             Pero queda también muy claro, que, en ese viaje, Palafox no iba a quedarse en Estadilla; lo más seguro es que hiciera el viaje de manera directa, sin paradas intermedias, quizá sólo a pernoctar en alguna localidad, por lo que lo más lógico es que pasase el Cinca a través de la conocida barca de Estadilla y que siguiese el viaje previsto hasta la población que estuviera designada como parada.

 Por ello se lamentan los autores del texto, cuando señalan que, aunque

 “… la Villa de Estadilla, Capital de la Baronía de Castro, enagenada de gozo al lograr la dicha de ver a su amado e incomparable General, quisiera hacer en su presencia grandes demostraciones para acreditar a V. E. el respetuoso amor que le profesa y la gratitud eterna, …, solo sienten lo poco que les durará tan alagüeño placer.”

             Pero, a este respecto, el prolífico cronista tamaritano don Joaquín de Carpi[5] nos habla de un viaje del General con un recorrido más o menos como el que hemos imaginado, pues nos dice, tomándolo de la Autobiografia de don José de Palafox[6], que

 Terminada la Guerra de la Independencia, el General Palafox, Capitán General de Aragón, recorre en visita de inspección ‘toda la izquierda del Ebro hasta la frontera’.”

             Viaje de Inspección que corrobora de manera expresa Ortuño en su obra sobre Mina[7], cuando señala que

 El General Palafox, que había seguido de cerca los sucesos de Pamplona, hizo una visita de inspección por el Alto Aragón en el mes de noviembre de 1814…”

             Pero es que, además, el mismo Joaquín de Carpi, en su artículo citado, continúa señalando que el gran militar llegó, en su periplo investigador, a Tamarite de Litera,

 “… desde San Esteban de Litera, pasando por el poblado de Olriols el 20 de noviembre de 1814 y se le prodiga un fastuoso recibimiento como correspondía a su rango, dignidad y a un héroe de la guerra pasada acreditado en Aragón. Salen a su encuentro las autoridades municipales…”

             Parece claro que si viene desde San Esteban, ha pasado previamente por Fonz y, antes, por Estadilla, recorriendo esa carretera que todavía existe actualmente, que va desde Estada y Estadilla hasta Binéfar y continúa después, por la carretera general, desde Binéfar hasta Tamarite de Litera. Aunque los datos nos llevan a entender que habrían ido desde la propia San Esteban de Litera a Tamarite, pasando por el despoblado de Olriols, intermedio entre ambas poblaciones y bien cercano a Tamarite[8], obviando, por no tener necesidad de ello, entrar o pasar por Binéfar.

 

  

Mapa de localizaciones arqueológicas en la zona de la Litera; la leyenda inferior del mapa señala: Metalurgia 1: El Turmo, 2: Sosa II, 3: Las Forcas, 4: Olriols I, 5: Santa Ana, 6: Les Corques, 7: Regal de Pídola, 8: Camino de Algayón, 9:Montderes. En thttps://www.researchgate.net/figure/Figura-46-Metalurgia-1-El-Turmo-2-Sosa-II-3-Las-Forcas-4-Olriols-I-5-Santa

 

             Si ello es así –pues aunque no he encontrado referencias a estas noticias en ningún otro lugar, hasta el momento, nada me impide creer absolutamente en los asertos de Carpi, pues que todo parece confirmarlos–, parece claro que es ese mismo día, el 20 de noviembre de 1814, es el momento en el que el General pasa por las poblaciones de la margen izquierda del Cinca para llegar a San Esteban y a Tamarite de Litera; o, incluso, es aún más probable que pasase por Estada, Estadilla, Fonz y Azanuy el día anterior, el 19, para pernoctar en San Esteban de Litera, más que posiblemente en la casa de los Salas, de finales del XVII, y aún  hoy en uso,  y que, a la mañana siguiente, saliese, como se dice, de San Esteban, de manera directa y llegase, por el camino que pasa a través de Olriols, a la gran recepción de Tamarite de Litera.

En todo caso, la fecha de su paso por Estadilla puede establecerse en la del 19 o el 20 de noviembre de 1814.

  

 


Carretera denominada de Estada a Binéfar, marcada sólo de Estadilla a San Esteban de Litera. Desde San Esteban se puede ir directamente a Tamarite o a través de la propia Binéfar que es el fin de esta carretera. Asimismo, desde Fonz hay carretera directa a Monzón, pasando por Cofita y Ariéstolas.

 

3º.    Quién lo escribe

 

            Bien; ya hemos establecido que el destinatario de las elogiosísimas palabras escritas en el documento que estudiamos es el Capitán General don José Rebolledo de Palafox y Melci, y que éstas debieron ser escritas con ocasión de ese rápido viaje general realizado por él a la zona a principios de su nuevo mandato, los días 19 y 20 de noviembre de 1814. Ahora falta por dilucidar quién o quiénes lo escriben o encargan que se escriba.

 

Pero no es, tampoco, tarea difícil.

 En principio, queda claro que se escribe en Estadilla, pues que lo dice el propio documento.

Y da toda la impresión de que el documento no está redactado, ni escrito o mandado escribir por una sola persona, sino que se hace en nombre de toda la Villa.

 En mi obra sobre la familia y linaje de los Abbad, de Estadilla[9], señalaba, al hablar de Dionisio Francisco Manuel de Abbad y Monseo, hijo de Dionisio de Abbad y Lasierra y de su segunda esposa, María Teresa Monseo y Codera, y sobrino de los célebres hermanos obispos, Manuel y Agustín Íñigo de Abbad y Lasierra, que

 

“… los días 29 de abril de 1810 y 14 de mayo de 1810, Dionisio nos aparece como Alcalde de Estadilla, cargo en el que estuvo más de 26 meses, dimitiendo el dia 1 de octubre de 1812, aceptándosele la renuncia el siguiente dia 5 “con tal que sus habitantes no se desagraden”, si bien volvía a serlo el 4 de marzo de 1814 y, como tal, hubo de hacer el inventario de los bienes de los Padres Trinitarios para su desamortización; lo encontramos, también, como “uno de los Questores de la Real Casa de Misericordia de este Reyno de Aragón”, cargo que invoca cuando en 1812 renunció a la Alcaldía, porque los Questores “... estan exentos de los oficios de republica”; el 10 de febrero de 1817, en un nuevo escalón, y como Rexidor-Decano de la Villa de Estadilla, es comisionado, entre otros, para acudir a la Corte a felicitar, en nombre de la Villa, tanto al Rey cuanto al Infante Don Carlos, por sus respectivos matrimonios …”

 

            Parece claro; Dionisio de Abbad, había sido Alcalde de Estadilla desde antes del mes de abril de 1810 hasta su dimisión el 1 de octubre de 1812; pero volvió a ser Alcalde de Estadilla a partir del 4 de marzo de 1814, sin que se nos indique, en ningún momento, que dejase el cargo, sino que pasó a ser Regidor Decano de la población, en cuyo cargo se encontraba el 10 de febrero de 1817, fecha en la que se le comisiona, con otros, para acudir a Madrid a las bodas reales[10].

 

            Y, además, si se comparan las formas de escritura, o de oratoria, entre la congratulación que Dionisio hace ante el Rey Don Fernando VII y ante el Infante Don Carlos María Isidro, en 1817, con la escritura de este documento que ahora estudiamos, se puede ver, perfectamente, que la retórica es la misma en uno y en otro.

 

            Creo, pues, que queda bien claro que ha debido ser el entonces Regidor Decano estadillano, don Dionisio de Abbad y Monseo, y su propio gobierno municipal, haciéndose eco, evidentemente, del pensamiento de toda la villa, quien encarga que se prepare y redacte este escrito que, con toda seguridad, se entregaría posteriormente a un amanuense o pendolista para que lo pusiera en limpio, con letra historiada en un soporte de buen papel o de vitela, para su entrega al General victorioso.

 

            Lo que no puedo asegurar, aunque entiendo que sí se logró, es que el documento se pasase a limpio y fuese, finalmente, entregado, por la autoridad municipal estadillana del momento al General Palafox…

 

4º.    Hechos históricos citados en el documento

 

            Bien; ya sabemos a quién se dirige el escrito, cuándo se escribió y con ocasión de qué se escribió y quién o quiénes lo encargaron y para qué; pero quedan otros temas a dilucidar, que son los referidos a dos hechos históricos concretos

A.- En efecto; al principio del documento, se dice, de manera explícita, lo siguiente:

 

La Villa de Estadilla, Capital de la Baronía de Castro…”

 

            Queda clara, por ello, como se ha dicho más arriba, la autoría de algún concreto hijo de la villa, que, desde los tiempos de Fernán Sánchez de Castro, hijo primogénito y bastardo del Rey Jaime I, el conquistador, quien le donó diversas poblaciones de la Ribagorza (La Puebla de Castro, Estadilla, Estada, etc., etc.), tomando el nombre de alcuña –Castro–, de la primera población recibida, y haciendo de Estadilla, y de su castillo, la piedra angular de su señorío o baronía. Y son normalmente los habitantes del lugar o los empleados de los propios señores quienes dan esta denominación de capital de la baronía de Castro a nuestra villa.

 

B. Pero, por otro lado, al final del escrito que estudiamos el panegírico hacia el General se convierte en una reclamación de parabienes a la villa que le escribe; y se hace revindicando unas acciones concretas, ocurridas, parece, durante la lucha contra el francés, durante la Guerra de Independencia, más que posiblemente en época en la que el propio General Palafox comandaba las fuerzas aragonesas defendiendo, al tiempo, la plaza de Zaragoza; o inmediatamente posteriores. Pues las palabras del documento son claras:

 

“… el homenaje de este Pueblo, que imitando sus virtudes, armado en masa, supo contener por dos meses à los enemigos en el paso del Cinca, y vencerlos en el de[l] Ésera, haciéndoles seiscientos prisioneros que únicamente quedaron vivos de una columna de mil y trescientos hombres. “

 

            ¿A qué acciones se refieren los autores del escrito? ¿Son ciertas?

 

            En principio, nos lo aclara de manera precisa el Conde de Toreno, en su célebre obra sobre el levantamiento español contra Napoleón[11], cuando menciona  una serie de acciones y hechos consecutivos ocurridos en el año de 1809: el día 7 de mayo, en que las fuerzas de don Joaquín Blake salieron de Tortosa para ir a ayudar a Barbastro y a Monzón; el 16 [de mayo] día en el que los franceses cruzaron el Cinca por el vado y barca de Pomar para atacar Monzón; el día siguiente [17 de mayo] en el que las fuerzas de Barbastro y de Fonz ayudaron a los españoles de Monzón; y el 21 de mayo, en el que los franceses se entregan prisioneros; con las siguientes palabras:

 

Necesario era que los franceses vengasen tamaña afrenta. Dirigieron pues crecida fuerza [a] lo largo de la derecha del Cinca, y el 16 cruzaron este rio por el vado y barca del Pomar. Atacaron á Monzón que guarnecía con un reducido batallón y un tercio de miqueletes Don Felipe Perena; creían ya los enemigos seguro el triunfo, cuando fueron repelidos y aun desalojados del lugar del Pueyo. Insistieron al dia siguiente en su propósito, y hasta penetraron en las calles de Monzón; pero acudiendo á tiempo desde Fonz Don Juan Baget tuvieron que retirarse con pérdida considerable. Escarmentados de este modo pidieron socorro á Barbastro, de donde salieron con presteza en su ayuda 2000 hombres. Desgraciadamente para ellos el Cinca hinchándose con las avenidas salió de madre, y les impidió vadear sus aguas. Separados por este incidente, y sin poder comunicarse los franceses de ambas orillas, conocieron su peligro los que ocupaban la izquierda, y para evitarle corrieron hacia Albalate en busca del puente de Fraga. Habia antes previsto su movimiento el gobernador español de Lérida, y se encontraron [las tropas francesas] con que aquel paso estaba ya atajado, revolvieron entonces sobre Fonz y Estadilla, queriendo repasar el Cinca del lado de las montañas situadas en la confluencia del Esera. Hostigados allí por todos lados, faltos de recursos y sin poder recibir auxilio de sus compañeros de la margen derecha, tuvieron que rendirse estos que en vano habian recorrido toda la izquierda, entregándose prisioneros el 21 de mayo á los gefes Perena y Baget en número de unos 600 hombres. Encendióse mas y mas con hecho tan glorioso la insurrección del paisanage, y fue estimulado Biabe á acelerar sus movimientos.”

 

            Esta acción de los vecinos de Fonz y Estadilla en el Cinca contra los franceses, es recogida, asimismo, en el librito-folleto Fonz cuando señala que

 

En la guerra de la Independencia ocurrió un hecho relevante: el 20 de mayo de 1809, unidos los de Fonz y Estadilla propiciaron una batalla a los franceses en el Cinca, mandados éstos por el coronel Robert[12]

 

            Lo que confirma la propia publicación al añadir los datos de una nota de uno de los libros parroquiales de defunciones[13], que indica que

 

Fue en el día 20 de mayo de mil ochocientos y nueve, no se pudieron hacer las funciones de los dos entierros inmediatos por haber acaecido en este día una batalla entre las tropas francesas y españolas que luego por la mañana se comenzó en esta villa y se terminó en las inmediaciones del Cinca; tampoco se pudo bendecir la Pila Bautismal habiendo ocurrido en este día la vigilia de Pentecostés, no se pudo hacer función alguna por la revolución tan extraordinaria que hubo en este pueblo, bien que a las dos de la tarde quedó ya todo pacífico y sosegado. Por entonces, porque se hicieron más de seiscientos prisioneros franceses y los restantes se ahogaron en el Cinca

 

            Como se ve, todos los datos encontrados, y aunque insistiendo unos en una cosa y otros en otra, viene a coincidir con las palabras del autor o autores del documento que estudiamos; las acciones del Cinca y del Ésera, del 20 y del 21 de mayo; y los 600 prisioneros que se entregaron a Perena y Baget. Y el año, es claro, es el de 1809, pocos meses después de que las fuerzas napoleónicas tomaran definitivamente la ciudad de Zaragoza, tras la capitulación firmada el 20 de febrero de 1809.

 

            Sólo falta por dilucidar qué fuerzas tomaron parte, por parte de Estadilla y de Fonz en estas batallas.

 

[1] Que, en 2020, en plena pandemia, pudo cumplir, felizmente, su 100º aniversario.

[2] Véase El Gran Capitán, portal de historia militar, El general Palafox, publicado el 20 de septiembre de 2007 con última actualización de 17 de octubre de 2017 (consulta de 6 de enero de 2018). Puede verse en la página web http://www.elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/figuras-historicas/287-el-general-palafox?showall=1&limitstart=. Asimismo, http://artillerosdearagon.blogspot.com.es/2007/11/el-general-palafox.html. Martes, 27 de noviembre de 2007; consulta de 6 de enero de 2018; así como la obra de Concha Lomba y Pedro Rújula, Historia de la Universidad de Zaragoza. P. 182

[3] El Gran Capitán, citado..

[4] El Excmo. Sr. D. Josef Rebolledo de Palafox y Melci, a caballo. Francisco de Goya, 1814 (http://www.fundaciongoyaenaragon.es/goya/obra/catalogo/?ficha=320).

 [5] Joaquín de Carpi y Cases, Visitantes ilustres de Tamarite de Litera, inédita. Conocida gracias a mi buen amigo Carlos Enrique de Corbera y Tobeña.

[6] José de Palafox, Autobiografía, Preparación e Introducción de J. García Mercadal, Zaragoza, Taurus, 1966

[7] Manuel Ortuño Martínez, Vida de Mina: Guerrillero, liberal, insurgente, Trama Editorial, colección Barlovento, 2008.

[8] En Variaciones de los Municipios de España desde 1842, Ministerio de Administraciones Públicas, Secretaría General Técnica, 2009, se señala que Olriols se extingue y su territorio se incorpora a Tamarite. Censo 1857; realmente, quedó despoblado, pero hoy, en el lugar de su antigua ubicación, se están encontrando importantes restos arqueológicos de épocas muy pretéritas. Por otro lado, se nos dice que en la Guerra de Secesión Catalana, Los saqueos, incendios y talado de los campos, despoblaron numerosos lugares, entre ellos …. Las aldeas de Olriols y Algayón o los caseríos de Miporqué, Cornovis, Cuquet y Tusal, en las proximidades de Tamarite de Litera (Porfirio Sanz Camañes, “Fronteras, poder y milicia en la España Moderna. Consecuencias de la administración militar en las poblaciones de la frontera catalano-aragonesas durante la Guerra de Secesión Catalana (1640-1652)”, Manuscrits, nº 26 (2008), pp. 54-77).

[9] Ernesto Fernández-Xesta y Vázquez, El Infanzón aragonés…, p. 354

[10] Véase el siguiente capítulo de este libro de curiosidades, titulado El regidor Decano de Estadilla, don Dionisio de Abbad y Monseo, acude, en nombre de la villa, a felicitar a Su Majestad, el Rey don Fernando VII, y a su hermano, S. A. R. el Infante Don Carlos María Isidro, por sus respectivos matrimonios, 1817

 [11] Conde de Toreno. Historia del Levantamiento, Guerra y Revolución de España, Tomo II, París, Librería Europea de Baudry, 1838; Tomo segundo, libro 9º, pp. 9 y 10

[12] Fonz, Departamento de Cultura. Obra Social de Ibercaja, 1998, p. 8

[13] Ibidem. Cita Libro IV de Defunciones, fº 67 vº.

sábado, 3 de febrero de 2024

II LEOPOLDO ROMEO Y LA MONEDA DE 7 CENTIMOS

(II) LEOPOLDO ROMEO Y LA MONEDA DE 7 CÉNTIMOS       


            En ocasiones hemos oído comentar por la calle que , al final, quitaran las monedas de 1 y de 2 céntimos, porque no cuesta nada hoy en dia con esas cantidades, y posteriormente comentamos que el precio lo de las cosas las subirá para redondear. 

            Eso era ya un problema que propuso e intentó resolver justificando, la desaparición de las monedas pequeñas y la creación de una moneda de 7 céntimos, el hijo del estadillano Bernabé Romeo y Belloc, Leopoldo Romeo y Sanz.

            No pretendo escribir un artículo sobre ello, solo quiero recuperar de las distintas hemerotecas la historia de Leopoldo Romeo y las monedas de 7 céntimos.

El Pueblo Vasco,3 de noviembre de 1912

Leopoldo Romeo ha dirigido al Congreso una petición muy interesante, y a la cual, sin vacilar, nos adherimos.

    El diputado por Zaragoza y director de "La Correspondencia de España, hombre lleno de iniciativas, y en cuya fertilidad de imaginación hay siempre una gran base de sentido práctico, pidió que se retirase de la circulación la monedilla de dos céntimos y que en cambio se acuñase moneda de siete céntimos, mucho menos perdidiza y muchísimo más útil.

    La idea sorprendió en un principio; pero luego se ha caído en la cuenta de que responde a una positiva necesidad y de que proporcionar a los consumidores humildes economías relativamente considerables.

    He aquí cómo justifica su proposición el señor Romeo:

    “Pedí eso por varias razones. Porque las monedillas de dos céntimos son molestas y se pierden. Porque nadie las tiene. Porque no son manejables. Porque son difíciles de contar. Porque con el actual sistema, de cinco céntimos se pasa de hecho a diez, y las cosas que valen cinco céntimos y fracción son tasadas siempre en diez para quien las compra.

    La moneda de siete céntimos tendría la ventaja de ser manuable, cómoda, fácilmente contable y susceptible de todo género de combinaciones. Dando 10 céntimos y recibiendo 7 céntimos, moneda contra moneda, pagaríamos 3 céntimos. Con una de 7 y otra de 5, pagaríamos 12 céntimos. Con dos de á 7 céntimos formaríamos 14. Con 3 de á 7, que hacen 21, podríamos pagar 11, devolviéndonos una pieza de á 10. Con dos de á 7 y una de á 15 pararíamos 19 céntimos. Y así sucesivamente, siendo muy rara la fracción que no puede ser regulada exactamente.

       Esa moneda sería muy práctica para pagar muchas cosas que no pueden ser dadas en cinco céntimos, pero que no valen diez. Trayectos de tranvía, artículos de uso corriente que son caros a diez céntimos serían baratos a siete céntimos, y todos ganarían.

    Los pobres, sobre todo, obtendrían notorios beneficios, y yo creo que nadie perdería con la reforma.

    La acuñación sería sencilla y rápida, pues acuñar una moneda de siete céntimos es tres veces más rápido que acuñar tres de á dos céntimos. Podrían ser un poco mayores que las de cinco céntimos, diferenciándolas con un taladro. Así no habría peligro de confusión.

    Todos ganarían con esa innovación, y ya no sería posible cobrar 15 céntimos por 12, o 10 por 7, alegando «que no hay centimillos”

    Doy estas explicaciones porque las creo necesarias para la exacta comprensión de lo que propuse, y que espero ser á del agrado del público. Debe serlo, por lo que le aventaja.





El Correo de Galicia de 18 de noviembre de 1912

        El diputado a Cortes y director de La Correspondencia de España, D. Leopoldo Romeo, es autor de una proposición de ley, de la cual tienen ya conocimiento nuestros lectores, indicando la acuñación de una moneda de siete céntimos.

    A los reparos que se han hecho para la nueva acuñación, ha contestado el señor Romeo, con los siguientes argumentos, que prueban la bondad de su proposición.

    “Creyeron muchos que seria necesaria la moneda de uno y de dos céntimos, y no hay tal cosa. La moneda de siete céntimos, substituye en absoluto, y con ventaja, a las monedas de uno y de dos céntimos, haciéndolas innecesarias para las transacciones comerciales, ya que con la de siete céntimos pueden ser completadas exactamente todas las fracciones desde uno hasta nueve.

    “La lectura del cuadro que va a continuación demuestra como pueden ser pagadas las fracciones de céntimos, y como no fue ligereza mi iniciativa sino producto de un meditado estudio.

Para pagar

Se dan

Se reciben

1

21

20

2

7

5

3

10

7

4

14

10

6

20

14

8

15

7

9

14

5

 

    Por si no fuesen bastantes las ventajas de tener una moneda capaz de servir para pagar todos los picos de 1,2,3,4,6,7,8 y 9 céntimos sin necesidad de céntimos, aún hay otras muchas, fácilmente apreciables.

    “Por lo pronto, ganaría el Tesoro público unos cuantos millones: la diferencia entre el valor del cobre y de la moneda. Y el público tendría una moneda grande manejable, intermedia entre los 5 y los 10 sentimos, capaz de abaratar el precio de muchos artículos de consumo que, al ser fraccionados en su peso o en su medida, son tasados en 10 céntimas, cuando en realidad valen solo siete u ocho.

        No habría entonces la disculpa de replicar que no se tenia centimitos para devolver, y con monedas de 5, de 7 y de 10 céntimos serian hechas todas las combinaciones imaginables.

            Creo que con estas líneas queda el asunto perfectamente aclarado y que nadie replicara ya, pues la reforma propuesta es tan razonable y tan ventajosa, que todo el mundo debe aplaudirla, no por ser mía, sino por ser buena


La Idea Moderna, 9 de marzo de 1917

                La constancia con que D. Leopoldo Romeo viene defendiendo, desde hace años, la creación de la moneda de cobre de siete céntimos, ha tenido al fin la recompensa de ser incluida la acuñación de ese tipo de moneda entre las autorizaciones únicamente concedidas al Gobierno por las Cortes. Eso deberá la prensa al ilustre periodista.


El Diario de Pontevedra, 13 de julio de 1918

Vuelve a agitarse por algunas Cámaras el proyecto de acuñación de la moneda de siete céntimos, que ha ideado el diputado don Leopoldo Romeo.

Entienden algunas de dichas entidades que ese es el único medio de hacer llegar al publico algunas rebajas de artículos que no pueden hacerse efectivas por falta de céntimos.


EN EL MUSEO DE LA MONEDA DE LA MONEDA

NO EXISTE DICHA MONEDA

QUIZAS DESPUES DE MANCARLA ACUÑAR 

NUNCA SALIÓ