Este articulo es la historia de la fuente mas antigua recordada, y digo recordada que no es lo mismo que escrita en un documentos. Olegario Chesa Salamero la dejo escrita en la Revista Buñero ( editada por la Sociedad L’Aurora, segunda epoca nº 33 para que nosotros la recordemos para siempre
PARA RECORDAR
No pretendo ni mucho menos presentar aquí un estudio o
proyecto de ingeniería. Solo quiero traer a la memoria lo que fue y cómo a mi
juicio se hizo por primera vez la subida del agua de la Fuente al pueblo, o sea
al depósito del Castillo, que también se construyó en la misma fecha. En mi
opinión, una obra faraónica si consideramos los medios de los que se disponía y
el emplazamiento de la construcción. Pocos somos los que aún pudimos ver antaño
y recordar ahora las ruinas de lo que aquello fue (sin duda alguna hoy sería
una pieza de museo).
El mayor recuerdo que tenemos es el de la noria, pieza
fundamental y más grande. Por cierto atascada, llena de herrumbre y agua
jabonosa. También de la reja a través de la cual mirábamos el interior, algo
casi imposible de conseguir porque siempre estaba llena de telarañas con unas
tarántulas enormes.
No he invertido tiempo en buscar fechas concretas de su
construcción, pero por referencias y conversaciones con personas mayores creo
que a principios del siglo XX; seguro que en la primera década ya se puso en
funcionamiento. La corriente eléctrica ya estaba por el pueblo. Todos sabemos
que por lo que fuera, quizá por la construcción de la central eléctrica de
Arias, Estadilla fue uno de los primeros pueblos que gozaron de ella. Nos
podemos preguntar, ¿por qué no se pusieron motores eléctricos? Sí que existían,
pero al parecer no estaban acoplados a muchas cosas. Por ejemplo, los camiones
y coches se ponían en marcha con una manivela. Bueno, hoy en día muchos
aparatos se ponen en marcha manualmente.
Para el proyecto determinado, hacía falta un salto de agua y
así obtener la fuerza hidráulica para el funcionamiento de las bombas de
elevación. El problema era que se tenía que respetar o tener en cuenta que el
desagüe, una vez alimentada la noria, no estuviera más bajo que el servicio de
agua para el riego de los huertos y, ante todo, para la Acequia del Regano (en
aquellos años la Acequia del Regano era primordial). Por ello optaron por
elevar el terreno, enrunando la fuente justo para poder coger el agua de los
caños, pero de manera incómoda. Luego encima se construyó el lavadero. Tanto se
levantó que el agua llegaba justo al nivel de su nacimiento.
Hoy el lavadero está rebajado 20 cm debido a cierta sequía
que padecimos. Muchas veces por desgracia las padecemos, pero aquella por lo
visto fue más pronunciada y se alarmaron. Entonces pensaron o creyeron que la
misma agua retenía la salida del manantial y determinaron de rebajarlo (si os
fijáis en los hierros que soportan el tejado se nota dónde llegaba). No
recuerdo que se obtuviera ninguna mejoría, o sea, más caudal de agua.
Conseguido el salto de agua, ya solo me limito a presentaros
unos dibujos en los que con buena fe he intentado reproducir cómo era más o
menos el funcionamiento. No sé si había una, dos o cuatro bombas. El depósito
donde actuaban las bombas se abastecía directamente del manantial.
La traída del agua al pueblo en un principio tan solo se puso el agua en siete puntos, o
sea, en siete fuentes distribuidas por las calles. Las de las calles Iglesia,
San Juan y el Portal del Sol muchos las hemos visto funcionar, pero yo aún
recuerdo ver los restos en casa El Escribano (calle Romeo) entre la puerta de
la casa y el callizo El Capitán. En casa Navarro, hoy Llari, entre la puerta
del garaje y la esquina con calle San Juan. Otra, en la calle Llenado, en casa
Juan Charnegué frente a la calle Almendra. En el Portal un abrevadero que en
fotografías antiguas se localiza frente a lo que ahora es la salida de la calle
la Almendra. También en casa Chías se puso una toma particular (la única en
todo el pueblo). El motivo fue porque donaron a la villa el terreno donde se
construyó el depósito.
También los tubos de subir el agua al depósito han tenido su
evolución. Los primeros eran de zinc recubiertos de una capa de alquitrán o
brea y mezcla de arena. De dos centímetros de espesor y de unos 4 centímetros
de diámetro interior. No sé cómo era el sistema de los empalmes.
Cuando pusieron las bombas eléctricas, los pusieron de
hierro con un diámetro de 6 a 7 centímetros en el interior, el empalme era
igual al de los tubos de uralita, solo que la junta iba rellena de plomo
fundido.
Ya después, sobre los años 70, se pusieron de uralita.
Cuando en los años 80 se hicieron los depósitos de la fuente y camino
cementerio, se pusieron de nuevo de hierro, pero hoy en día ya son de poliéster
(o sea plástico) con infinidad de accesorios
LA FUENTE
He dibujado la fuente antes de ser enrunada. Así al menos me
la imagino, con algún mozalbete o mozalveta con pocas fuerzas para cargar los
cantres (cántaros) en los bastes que portaban las caballerías y ellos puestos
de pie encima del petril. También con la marmota. Según mi madre era donde
lavaban las verduras. Me decía que estaba en la punta del abrevadero (no sé si
además de la fuente en sí había algún abrevadero). Creo que sería como un
pequeño estanque a la salida del manantial donde el agua quedara un tanto
reposada para facilitar el lavado de las hortalizas.
Respecto al basal o lavadero primitivo, donde se lavaba de
rodillas, creo que lo he dibujado muy perfecto. Incluso pienso que el muro
lateral no estaría hecho, o sea que es posterior a la fuente, pues si nos
fijamos los sillares son más pequeños y por tanto las líneas o hileras no
coinciden.
Alguna vez, comentando con mi madre sobre el famoso “Llatonero de la Fuente”, me decía que una de las ramas les hacía sombra mientras estaban lavando. Por eso pienso que estaría muy pegado a la espuenda y muy cerca de los huertos.
Fotografias
La fuente del Llavadero hacia 1910. Fotos del libro de Mariano Badia "Así fuimos,así vivimos"