jueves, 27 de julio de 2023

PIEDRAS DE LA SIERRA DE ESTADILLA EN HUESCA

 

Mucho y poco se ha hablado de las canteras de Estadilla, pero lo que si que haremos es recuperar su historia y los lugares donde han ido a parar sus piedras. Hace unos días en el artículo escrito por Erbesto Fernandez-Sexta y Vazquez, publicado en este blog y titulado “Verano de 1801” en uno de sus apéndices había unos detalles escritos que me hizo comprobar si aun perduraba su descripción.

Ese documento decía así: Por el mismo tiempo, extrajeron piedras jaspeadas para el Altar de Nuestra Señora del Rosario de la Iglesia de Santo Domingo, de Huesca; y algunas para el Altar Mayor de la Compañía, hoy San Vicente el Real.

 

Y a partir de ahí me dirigí a nuestra capital y me presenté en primer lugar en la iglesia de San Vicente el Real, donde me encontré al párroco de la iglesia sentado en un banco justo a la entrada de la misma. Me paré y me presenté, le comenté que venía de Estadilla y que si sabía si el mármol del Altar Mayor correspondía a las canteras de Estadilla, era una persona joven y por su acento debía ser de América del Sur, me comentó que no lo sabía pero que podía pasar al Altar entrando por la propia sacristía, estuvimos viéndolo conjuntamente y le pedí permiso para poder hacer fotos a lo que aceptó. Mi visita fue corta pero exitosa.


 




    
            

      Pasado unos días de nuevo de visita al capital fui a en la iglesia de Santo Domingo y San Martin , entré en ella y mi sorpresa fue increíble, fue mi primera vez y solo sé que, entre de manera sigilosa por uno de sus laterales y observando capilla por capilla  y todos los detalles que no voy a detallar ya que no este el artículo para ello, pero si dejo el enlace de Wikipedia donde lo describe con todo tipo de detalles , cruce el altar y me dirigí al otro lateral hasta terminar en la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, donde me quedé de nuevo de una manera inamovible delante de ella por su espectacularidad, de una grandes proporciones , una gran cúpula central, en general el conjunto lleno de azulejos, relieves de yeso, retablo de madera dorado y policromado y apoyada sobre el mármol jaspeado de Estadilla.


Sentado en uno de los bancos de la iglesia se encontraba una persona, me dijo que podía pasar al interior de la Capilla. Le pregunté que, si el sabia la historia de la Capilla y se presentó diciéndome que era el párroco de la iglesia Fernando Samitier, le comenté que venía desde Estadilla porque tenía un documento que…. no me dio tiempo terminar de hablar que me dijo que el mármol que se encuentra a los pies del retablo procedía de las canteras de Estadilla, me quede nuevamente con los ojos más abierto de lo normal y mis oídos que no dejaba de escucharle y empezó a describirme con todo tipo de detalles el interior de la Capilla.

     



No puedo como he dicho antes, redactar aquí la descripción de la Capilla del Rosario con todo tipo de detalles, pero si puedo afirmar que ese articulo escrito por Ernesto en totalmente cierto y lo mejor aún es que, aun esta allí nuestro mármol.

         Al despedirme, le pregunté si en alguna ocasión podríamos ir un grupo de Estadilla y que nos explicara él mismo con todo tipo de detalles el conjunto de la iglesia, la capilla del Rosario y nuestras piedras, señal de nuestra identidad. Me pregunto por mi nombre , ya que con el entusiasmo de saber que estaba allí el mármol de Estadilla, se me paso presentarme, y el mismo para terminar se presentó como Fernando Altemir me dejo su teléfono de contacto, y justo un momento antes de marchar, volvimos a retomar la conversación , para dadme a conocer la cantidad de visitas realizadas a su parroquia por parte de la poetisa Teresa Ramón Palacio, fiel devota del Cristo del Perdón, que se encuentra enfrentado a la Virgen de Nuestra Señora del Rosario y también me habló de su amistad con el padre del saxofonista estadillano Chavi Naval.








 













lunes, 24 de julio de 2023

EL DERECHO DE AGÜERA Y ESTADILLA, 1711

 

Ernesto Fernandez-Xesta y Vázquez 

nos relata de nuevo un hecho histórico de nuestra villa relacionada con el agua


EL DERECHO DE AGÜERA Y ESTADILLA, 1711

    El “derecho de agüera” es una importante institución, fundamental en el mundo rural de los siglos XVII a XX, mediante el cual se autorizaba a alguien, oficialmente, a cavar una agüera o zanja hecha para encaminar el agua llovediza a la huerta[1].

    Y esta institución tuvo, en Estadilla, su aplicación práctica y real, ya que hemos encontrado datos que así lo avalan; al menos, en dos casos concretos. Y, de estos datos y documentos, inferimos el procedimiento a seguir para su obtención, el pago a hacer, y los problemas que comportaba; y otros datos que, a lo largo del breve estudio, irán apareciendo. 

    Todos los datos y documentos avalan el hecho de que, antes de que se construyese el hoy conocido como El Palacio, de Estadilla, o El Palacio Abbad y Lasierra, de Estadilla, ya existía, en el mismo lugar y asentamiento, entonces extramuros de la Villa, otra casa o construcción particular, propiedad de una de las diferentes ramas de la familia Abbad, de la que era su Casa principal o de su havitación.

     Así lo dice, explícitamente, el contrato de construcción de dicho Palacio, al señalar el contratado que

 “… prometo y me obligo a hacer y construir de nuevo, en la Villa de Estadilla, una Casa para los Herederos de todos los Bienes y universal Herencia del difunto D. Dionisio de Abbad y Lasierra, vecino que fue de la misma villa, y en el mismo sitio que hoy tiene la Casa principal o de su havitación, la qual ha de derruirse; …[2]

    Y, además, los datos que vamos a comentar a continuación señalan la existencia de ese edificio anterior desde bastante antes del año 1711.

    Posiblemente, y de acuerdo con los datos que se nos dan en los documentos que estudiaremos a continuación, la configuración de esa edificación y sus anexos era ligeramente diferente, dado que da la impresión de que la huerta que se quería regar con la agüera estaba en la esquina de la actual edificación (el llamado molino), con la calle Nueva, enfrente del actual solar familiar en el que aparcan muchas personas de Estadilla, que termina enfrente del actual Espacio Buñero…

    Efectivamente; en un Escritura Pública del 8 de marzo del año 1711, otorgada ante el Notario Real don Mathías Francisco de Ubiergo[3], se dice que

     Llamado, convocado, congregado y ajuntado el dicho concejo Antonio Boronad, Justicia, Francisco Navarro, jurado Mayor, Pedro Ferrer, jurado segundo […] venden a Dionisio Abbad, Labrador [Dionisio Abbad Altemir] una agüera, en el precio de 1100 sueldos jaqueses, que equivalen a 55 libras.”

    En el propio documento se señala por dónde corre la agüera y se establece que debe cogerse el agua en la casa de don Dionisio “como hasta lo presente ha gozado sin contravención alguna. Es decir, que la familia ya venía haciendo uso del derecho de agüera desde bastante antes de 1711, como habíamos señalado anteriormente.

    Y, además, se nos informa de que el precio dado de 55 libras [jaquesas] o 1100 sueldos jaqueses, que abona don Dionisio de Abbad y Altemir, paga no sólo el propio derecho de agüera, sino que, con ello, también compra

 “… un pedazo de común del Concejo que confronta con huerto de Juan del Roy, ferrinal de Manuel Radigales, [y] huerto y corral del comprador Dn. Dionisio Abbad, con condición de no poder vender jamás a nadie los callizos, etc.”

    Pero, además, en otra nueva escritura, esta vez del año 1760, se nos informa de que lo que la villa de Estadilla y su concejo habían vendido a Dionisio Abbad en

“… el año 1711 [eran] un vago y Agüera, la cual incluye el agua que en las lluvias corre por dentro de la villa por las calles Mayor y de la Almendra hasta el Portal de Santa María y desde esta por el Callizo [¿del Ronco? ¿de Castillazuelo?] que va al huerto de don Dionisio [...], por precio de 55 libras.”

    Lo que ya nos señala exactamente el camino por donde se había hecho la agüera para que pudiera traer el agua para el jardín y la huerta para esta rama de la familia Abbad que, años más adelante, dará a Estadilla dos de los más preclaros vecinos, los Obispos hermanos Abbad y Lasierra….

    Más tarde, se siguió usando la agüera cuyos derechos se habían adquirido en 1711, a pesar de que se hubiera derruido la casa primitiva y se substituyese por el actual Palacio de Abbad y Lasierra. En efecto, sabemos que  don Dionisio de Abbad y Monseo, en 20 de agosto de 1813, para aumentar el huerto, derruye 13 casas existentes en la calle Nueva, de las 39 que poseía en dicha calle, ampliando aún más lo que más tarde sería el jardín, con la adquisición, en diciembre de 1840, de un conejar que, asimismo, derruye; más tarde, Gregoria de Heredia y Godino, casada con el Brigadier don Lorenzo Cabrera Purroy, de Tamarite de Litera y heredera de su hermana, la viuda de Dionisio, construyó, después de firmar un convenio el 26 de marzo de 1863, en el pedazo de común comprado en 1711, una poza de 10,50 x 7,40 metros y 3 metros de profundidad, para recoger esas aguas con las que regar el jardín, cambiando, así, de ubicación, la recogida de esas aguas, pues que se establece en esa poza que se  realiza en el lado norte de la casa, lindando con parcela de la familia Bardají. Pocos años después, su hija Cristina de Cabrera y Heredia, que casará, más adelante, con Pedro Abbad Ortéu, Barón de Torre de Arias, perteneciente a otra rama anterior de la familia Abbad, adquirirá, entre 1866, en que recibe la herencia, y 1905, en que fallece, un huerto frente a la casa, de cabida de 3 almudes, o 2 áreas y 8 centiáreas, que lindaba, al Este, con bienes de los Herederos de Castillazuelo, al Sur, con la calle Nueva, al Oeste, con el Callizo de Ronco[4] y, al Norte, con la Travesía de Castillazuelo, frente a varios anexos del Casal.

     No se conocen más datos posteriores acerca de esta agüera.

    Pero hay que decir que no siempre se usó de ese derecho con tranquilidad, sino que hubo momentos problemáticos que pudieron acabar directamente con el mismo.

    Efectivamente, hay datos en el Archivo de Casa Cabrera que nos informan de que, en 23 de enero de 1818, Dionisio de Abbad y Monseo consiguió una resolución definitiva de la Audiencia de Zaragoza, en la que se falla parcialmente a su favor en el pleito mantenido por él con don Carlos Ramón de Asprer, quien, teniendo su casa enfrente de la Iglesia, y siendo en ese momento, Regidor de Estadilla, había cortado el camino de las aguas para regar su propio huerto[5].

    Pero los documentos nos informan, aunque no de manera directa, de la posible existencia de otro derecho de agüera propiedad, asimismo, de esta rama de la familia Abbad.

    En efecto, según se puede ver en los libros de acuerdos del Ayuntamiento de Estadilla, ya anteriormente, en el año 1807, la familia Cistué, concretamente los Barones de la Menglana y de la Torre de Arias, entablaron, contra el propio Dionisio de Abbad y Monseo, ruidosos pleitos, en la Villa, acerca de otra posible agüera, también propiedad de éste, que parece ser que pasaba por entre el Camino de la Carrodilla y el Camino a Fonz, por en medio de la balsa, y que aquellos entendían que Dionisio había hecho obras que a ellos les molestaban su propia libertad de tránsito; evidentemente, lo hacían en relación a sus propios huertos y jardines; más que posiblemente, en lo que hoy, en el Portal del Sol, se conoce como el Huerto del Barón…[6]

    No he llegado, todavía, a dilucidar si, efectivamente, se trataba de otra diferente agüera, como así parece, o si formaba parte de la agüera adquirida en 1711, ya que, como se ha visto, una parte de ella iba por la calle de la Almendra hasta el Portal de Santa María y desde éste por el Callizo llamado del Ronco hasta la huerta de don Dionisio de Abbad.

 

Portada del cuadernillo-expediente de la Real provisión de 27 de enero de 1818

sobre el pleito entre Dionisio de Abbad y Carlos de Asprer sobre los derechos de agüera

(Archivo de Casa Cabrera)



[1] Diccionario de la Real Academia Española, edición de 2001

[2] Archivo Histórico Provincial de Huesca, Sección Protocolos Notariales, Notario Melchor Esplugas, Libro 5615, año 1802, fº 99 v, Barbastro, 21 de octubre de 1802. Transcrito en Fernández-Xesta, El Infanzón aragonés…., pp. 548-550, documento nº 24.

[3] Copia legalizada en el Archivo de Casa Cabrera (ACC)

[4] Esta descripción de los límites de ese huerto frente a la casa, nos indica que el trozo de calle, hoy también llamada, en m opinión de manera impropia, Travesía de Castillazuelo, entre la calle Nueva y la auténtica Travesía de Castillazuelo, que iniciándose en la calle Mayor, algo más arriba de la calle Nueva y, bajando por el norte de ese huerto frente a la casa, llega enfrente de los anexos del casal, casi a la puerta principal del Palacio, para morir en la Travesía de Pedro Abbad, se llamaba, entonces, el callizo del Ronco.

[5] Real Provisión cometida al Ayuntamiento de la Villa de Estadilla para que practique lo que en ella se manda a petición de Don Dionisio Abad, vecino de la misma Villa, dictada, en nombre de S. M. el Rey Don Fernando VII por Don Luis Rebolledo de Palafox y Melci, como Presidente de la Real Audiencia del Reino de Aragón, en Zaragoza, el 27 de enero de 1818, y escrita, por su mandato, por don Miguel Garín, Escribano de Cámara del Rey Nuestro Señor, con acuerdo de los Oidores de dicha Real Audiencia, y sellada con el sello de placa de S. M. de 80 mm de diámetro (Archivo de Casa Cabrera). El fallo sólo fue parcialmente favorable a Dionisio de Abbad, debido a que los hechos denunciados habían sido cometidos, no por don Carlos Ramón de Asprer, sino por el primer marido de su esposa, doña Gerónima López, llamado don Francisco Morell de Solanilla.

[6] Libro de Acuerdos y Resoluciones del Aiuntamiento de la Villa de Estadilla del año 1807.